La costa norte es el punto de encuentro de majestuosos acantilados y tranquilas bahías cristalinas, un paisaje hecho para la contemplación y la conexión. La vida aquí tiene un ritmo suave: baños matutinos en calas tranquilas, paseos al mediodía entre olivares, veladas a la luz de las velas en un patio de piedra. El encanto de Pollença y la grandeza de Formentor están siempre presentes, infundiendo a la vida cotidiana una belleza atemporal y una sensación de quietud. No sólo es tranquilo, es poético.